DE CONQUISTAS Y CONQUISTADOS

Hace algunos años intenté iniciar un blog en mi cuenta de Yahoo, digo que lo intenté, porque sólo logré escribir una vez y ya no más, creo que lo abandoné por no recibir ningún comentario, me sentí como si le hubiera hablado a las paredes, jajaja, y es que entonces, no había entendido como funcionaba esto.

En esa ocasión, hablé sobre los 500 años del descubrimiento de América, y de cómo grupos malintencionados provocaban que en los pueblos indígenas de mi país, se sublevaran los ánimos y se iniciaran las protestas, que sí nos oprimieron, que sí nos humillaron, que si nos explotaron, y yo me preguntaba ¡¡¡¿a quiénes?!!! Si eso pasó 500 años atrás ninguno de los que formaban parte de la protesta estuvieron entonces, ni ellos ni los españoles que ahora habitan España.

Leyendo la historia ya de adulta, me doy cuenta de cómo ésta fue manipulada, que todas aquellas historias que en la niñez nos contaban y nos hacían repetir para memorizarlas eran casi cuentos extraídos de alguna mente soñadora, haciéndonos ver las cosas más exageradas de lo que realmente fueron. ¿Hubo agresión? Si la hubo, ¿hubo crímenes? Si los hubo, ¿hubo abusos? Si los hubo, pero... ¿en qué guerra no los hay? Coincidentemente en estos días he estado leyendo en la Biblia, el libro de Josué, cómo el pueblo de Israel exterminó poblaciones enteras porque Dios así se los había ordenado, para que no se mezclaran con personas paganas que les indujeran adorar a otros dioses y caer en las atrocidades que ellos hacían para agradarlos.

Así que, me parecía entonces, al escuchar las protestas en aquellos días y aún ahora lo pienso, porque las protestas continúan, ya que no faltan los grupos que siguen alimentando el resentimiento para su propio beneficio, de la lucha de desigualdades, que si unos tienen más, que si otros no tienen nada, que si ladinos opresores, que si indígenas explotados, en fin, el caso es poner a unos contra otros sin percatarse que somos el mismo pueblo, que llevamos la misma sangre ya que somos una mezcla, nuestra historia es la misma, tenemos los mismos orígenes, aquello quedó atrás y sólo debe servirnos para impulsarnos a buscar el bien común y a vivir en paz.

Por coincidencia también hace unos días empecé a leer Las Venas Abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano, lo inicié sin muchos deseos ya que anteriormente había leído Espejos y no me gustó el enfoque que le daba a la historia, sin embargo, dejé a un lado los prejuicios para darme cuenta que las cosas no cambian, aunque el libro contiene una riqueza histórica muy buena, el autor siempre busca a quien echarle la culpa por lo que a nuestros pueblos les sucede, como si nuestros gobernantes, aquellos que son electos por nosotros mismos, no fueran responsables de conducirnos a la ruina ya que al estar en el poder sólo piensan en enriquecerse ellos mismos para asegurarse su futuro, sin importarles lo que van dejando atrás.

Creo que ya es tiempo de que cada uno asuma su responsabilidad, no podemos pasar la vida entera culpando a los que están mejor, a los que tienen más, por lo que nuestras incapacidades, nuestra falta de compromiso, de preparación y de elección, impiden que avancemos. Tratemos de prepararnos mejor, de salir adelante y formar nuevas generaciones, que ya no arrastren esos resentimientos injustificados que sólo promueven el odio y la división, basta ya de dejarnos manipular por intereses perversos que no nos llevan a ninguna parte.  Vivamos en paz.