En Junio pude leer este clásico de Ernest Hemingway, lo que no sé, es si el libro es el clásico o lo es la película, por los personajes interpretados por famosos actores.
Recuerdo haber visto la película hace muchos años, sin embargo, algo recordaba de la trama aunque no los detalles, al leer el libro me quedé con la sensación de que es mucho ruido para pocas nueces. ¿Qué quiero decir con esto? Que toda la trama de la novela gira alrededor de la voladura de un puente durante la guerra civil española, pero en mi opinión le hace falta más sabor, más ambientación, no se tocan puntos importantes de la época, como por ejemplo quienes peleaban esa guerra y por qué lo hacían, cuáles eran sus ideales y qué lograban al vencer.
Lo que se narra es la lucha entre republicanos y fascistas, que a la larga resultaban casi lo mismo. Lo que pude comprender es que ambos bandos atacaban de la misma manera, ambos deseaban ganar sin importar los medios para lograrlo, y ambos mataron y fueron muertos.
El personaje central, Robert Jordan, un norteamericano, profesor de idioma español en una universidad de Madrid, se ve involucrado, no se sabe cómo ni por qué, con los rebeldes, él es el dinamitero, y a lo largo de muchas páginas estuvo esperando que le dieran el banderazo de salida para lograr su objetivo. Estuvo preparando a los colaboradores, repasando las posiciones para el ataque y de paso entreteniéndose con la chica bella de la historia, por la que sintió un amor repentino que nació con sólo verse y con sentir el suave cabello de ella entre sus dedos. Fueron sólo tres días que para ellos significó toda la eternidad.
Esta historia me pareció, más que una acción de mucho riesgo donde se ponía en peligro la vida de los protagonistas, una historia donde se deja ver el comportamiento humano, guiado por sentimientos como el temor, el odio, la venganza, la cobardía, el cinismo, la lealtad, la humildad, que juegan un papel decisivo en la búsqueda del éxito, es de ahí, de cada uno de los personajes donde rescato algo de libro.