lunes, 20 de mayo de 2013

¡QUEREMOS UN REY!

Esas fueron las palabras del pueblo israelita cuando eran gobernados por Dios, en ese tiempo había jueces que eran intermediarios entre Dios y los hombres.  Los Jueces (Profetas) eran personas temerosas de Dios, cumplían su voluntad con mucho temor y de esa manera gobernaban al pueblo, guiados por lo que Dios les mandaba.
Sin embargo, los israelitas quería ser iguales a los habitantes de los pueblos cercanos y así se lo hacen saber al profeta Samuel. 
Por supuesto que esto disgustó mucho a Samuel, pero fue y le contó a Dios lo que el pueblo quería, tampoco agradó a Dios sentir el rechazo de su gente, él que los había liberado de la esclavitud en Egipto y los había llevado por el desierto a un lugar seguro.

Y por el amor que les tenía trató de persuadirlos pidiéndole a Samuel que les dijera lo que les esperaba estando bajo el gobierno de un rey.  Les quitarían sus cosechas, sus hijos e hijas, sus animales, lo que se les antojara, el rey sería dueño de todo, "Así hará el rey que reinará sobre vosotros...tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares..." 
"Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo "No, sino que habrá rey sobre nosotros"

Y entonces Dios le dice a Samuel, "ve y dales lo que te piden" 

Pero esto no solo pasó hace miles de años, ahora mismo nos damos cuenta de cómo la mayoría de electores dan su voto a gente corrupta, falsa y sinvergüenza que su única intención es adquirir poder para tener todo lo que deseen, ellos, sus familiares y sus amigos más cercanos, mientras el pueblo empieza a carecer poco a poco de las necesidades básicas. 

Así que leyendo esta porción de la Biblia, no pude dejar de compararlo con nuestra actualidad y pienso qué complejo es el ser humano, cuando tiene libertad busca quien le pone la bota encima y cuando siente que se ahoga empieza a luchar por volver a ser libre.

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