lunes, 24 de febrero de 2014

S.O.S

¿Qué significan las siglas S.O.S.? Como la mayoría, sabía que era la señal de socorro más usada internacionalmente, que cualquier persona en situación de peligro podía hacer uso de ella para pedir ayuda, en cuántas películas no ha sucedido esto; pero cuándo hace algún tiempo quise saber exactamente lo que quería decir, busqué y encontré varios significados, en inglés y en español, son muchos pero elegí tres de cada uno a manera de dar una idea de lo que la gente pide cuando manda un S.O.S.

En inglés:

  • Save Our Souls: salven nuestras almas
  • Save Our Ship: salven nuestro barco
  • Save or Succumb: salvadnos o morimos
En español:
  • Socorro o Sucumbo
  • Sálvenos o Sepúltenos
  • Solicito Oportuno Socorro

En mi naturaleza está ayudar al necesitado, muchas veces he podido hacer algo por alguien aún sin que me lo pidan, sólo porque he sentido la necesidad de hacerlo, especialmente cuando son injusticias, si en mí está evitar una desgracia, no dudo en acudir en defensa del necesitado.

Por eso cuando me enteré de lo que está sucediendo en Venezuela, y leí muchos S.O.S. sabiendo que estaban esperando nuestro apoyo, no pude quedarme callada, no pude hacerme la indiferente, porque me pongo en el lugar de esos cientos de miles de personas y me digo ¿qué pasaría si fuera yo? ¿si fueran mis hijos?

Así que cuando leí de una convocatoria a manifestar en mi país en apoyo al pueblo venezolano que está luchando por sus derechos, no lo pensé dos veces, ahí estaré me dije, es mi oportunidad de poner en práctica lo que he estado tuiteando tanto y compartiendo por Facebook.

No es la primera vez que lo hago, siempre ha estado en mí la convicción de que no debo quedarme esperando que otros resuelvan mis problemas, protegiéndome en mi casa mientras pasan las cosas.  Así que ya no me asusta ir sola a un concentración de personas.

Sin haberlo leído, me vestí con un pantalón de lona azul y una blusa blanca, mi bolso rojo para hacer el contraste, algo que se parezca a la Bandera de Venezuela me dije.  Mi sorpresa fue grande cuando llegué a la Plaza de la Constitución y el grupo de personas que ya estaba allí, estaban vestidos de azul y blanco, con gorras con los colores de la Bandera de Venezuela, era un grupo de todas las edades, niños de meses y ancianos, era la colonia de venezolanos que viven en Guatemala.

Me dio tanto gusto acercarme con mi cartel que decía "Soy de Guatemala y me importa lo que le sucede, por eso oro por Venezuela".  Las personas cuando me vieron me sonrieron, un señor se acercó, me dio un abrazo y un beso en la mejilla y me dijo "gracias", me sentí tan conmovida, tan feliz de dar un poco de mí.

Más adelante me entrevistaron, me preguntaron por qué estaba ahí, grabaron el vídeo que no sé ni dónde lo estarán viendo, al igual que las fotos en las cuales salí.  Eramos 5 o 6 guatemaltecos los que nos habíamos unido al clamor de estas personas que a la distancia claman por la libertad de país, con la esperanza que volverá la verdadera democracia, en la cual todos serán escuchados y nadie será reprimido, fue algo asombroso, maravilloso, lo volveré a hacer las veces que sea necesario.

domingo, 16 de febrero de 2014

VENEZUELA

Dados los acontecimientos de los últimos días y que yo espero estén acaparando la atención mundial, he querido escribir una entrada para explicar mi punto de vista, ya que pareciera que si uno no está de acuerdo con algunos es porque está en contra de ellos y yo no lo veo así; porque no se trata de atacar o herir a nadie sino simplemente tener diferentes percepciones, entiendo que todos tenemos la libertad de hacer juicios y emitirlos de acuerdo a nuestra manera de pensar.

Me entristece la situación de Venezuela, antes un país progresista, hermoso, ahora convertido en el experimento de personas incapaces, fanáticas y dependientes de otras cabezas, que lo están llevando a la ruina.
Por ahí, leí un comentario de un amigo, que decía que quienes estaban en contra del gobierno chavista, son los ricos, los pudientes, los capitalistas, pero que los pobres ahora tienen una mejor vida y eso es suficiente razón para que el gobierno chavista continúe en el poder los años que quiera.

Yo no vivo en Venezuela, no puedo dar fe de que eso sea cierto, tampoco mi amigo que lo dijo vive allá, son las percepciones que ambos tenemos, ojalá y así fuera, pero por lo que me han contado quienes sí viven allá, que no disponen de muchos suministros básicos, que sufren con cortes de luz, que no encuentran repuestos de ninguna clase, es muy difícil creer que los desposeídos si tengan alimentación, atención hospitalaria de primera y educación integral.  Si eso fuera así, creo que nadie estaría descontento.

Pero la realidad es otra, lo que los gobiernos socialistas hacen, es empobrecer a los ricos y llevarlos a un nivel de pobreza donde los desposeídos se sientan igual, entonces pensarán que dejaron de ser pobres y que han alcanzado lo que los otros tenían.  Pero esto suena ilógico, ¿serán tan ingenuos los desposeídos para pensar así?  Por supuesto que no, no son ingenuos, pero sí son fanáticos y aunque estén conscientes de que siguen viviendo en una pobreza extrema, el simple hecho de que ya no exista la clase alta, los llena de felicidad y satisfacción por ese resentimiento que los gobiernos se han encargado de sembrar en sus mentes y corazones.


Entonces, ¿está llegando Venezuela a alcanzar su máxima prosperidad? Yo creo que no, al contrario creo que están llegando a sufrir una devastación muy grande, de la que les costará mucho salir cuando un gobierno democrático llegue a gobernar.

Yo no quiero ver a mi Guatemala en esa situación, pero estamos tan expuestos como todos.

domingo, 9 de febrero de 2014

LA CATEDRAL DEL MAR




Hay libros que cuando los vemos tan gruesos, me refiero al número de páginas, nos entra la duda de si lo terminaremos de leer o lo dejaremos a medias, pero aunque yo lo piense, sólo dos veces he dejado un libro sin terminar, me gusten o no, siempre llego al final.

Cuando este libro fue propuesto en mi grupo de lectura, no me atrajo mucho y por eso no voté por él, imaginé que sería una historia similar a Los Pilares de la Tierra, y ya no quería leer algo parecido, y no porque ese no me gustara, sino porque es muy extenso y me cuesta mantener el ritmo del cronograma, entonces me quedo atrasada y termino de leerlo en solitario.

Sin embargo, desde el principio la historia me atrajo, ubicada en la edad media es un poco salvaje, el trato de los señores feudales a sus siervos, las injusticias, la falta de oportunidades, en fin, son muchas cosas las que me hicieron pensar en esa época tan cercana a la edad de piedra.

Los personajes son tan reales que rápidamente sentí la simpatía y antipatía por ellos, algo que me pasa en pocas oportunidades.  Además, está la construcción de la Catedral del Mar, una obra maravillosa que despertó mi admiración por los bastaixos y su amor por la virgen, que los llevó no sólo a construir sino a servir a su comunidad, eran hombres de bien, con mucha pobreza pero dando todo lo que podían para la culminación de esa obra.

El autor, Ildefonso Falcones, va narrando la novela de manera que los acontecimientos no son lo que uno espera, lo que comúnmente pasaría, y es como pasa en la vida real, no siempre todo es color de rosa, por más que las personas estén encaminadas al bien, la maldad algunas veces los alcanza y les cambia el rumbo a sus vidas.

Por eso los últimos capítulos los devoré, sabiendo que el autor daba esos giros inesperados, estaba con la ansiedad de saber lo que pasaría al bueno de Arnau, no sospechaba siquiera cómo sería el final, hasta pensé en una tragedia, un mártir, afortunadamente no fue así. Hubo un final de cuento ... "Y vivieron felices"




domingo, 2 de febrero de 2014

Y SE FUE...

Se me pasó sin darme cuenta, estuve la mayor parte del tiempo sumida en el trabajo, Enero siempre ha sido el mes más complicado por la cantidad de reportes contables que debo preparar, y que regularmente me causan un gran estrés. 

Sin embargo, este año lo planifiqué todo muy bien, y todo me fue saliendo a pedir de boca, me quedé sorprendida de que a la primera todo me cuadraba, eso permitió que terminara en el tiempo previsto y reduje el estrés que otros años me ha consumido.

Pero a todo esto ya habían pasado tres semanas del mes, sentí que Enero se fue volando, el primer mes del año ya no está, ni volverá.

Lo bueno es que además de mi trabajo entregado sin contratiempos, también logré acudir al dentista, estas visitas las tenía programadas para diciembre pero el dentista muy vivo, se tomó casi todo el mes de vacaciones, lo que es tener una buena vida.

Además del tiempo dedicado a los dientes, también le di un chance a mis ojos, ya casi terminando el mes fui al oculista, mi astigmatismo sigue igual pero la miopía se redujo un poco, esto es por la edad, según me explicaron, así que tuve que ordenar nuevos espejuelos, creo que me hará bien ese cambio de look, estos no me los entregan aún, será a mediados del mes que los voy a recoger.

Lo más importante de todo, ha sido la planificación de los pasos a seguir para mis vacaciones en agosto, poco a poco los voy a ir desarrollando para no dejar todo a última hora.  Esa visita a México y a Dayton me tienen emocionada.

Otra de las cosas que pude hacer en las noches de Enero, fue leer el libro La Catedral del Mar, un excelente trabajo del señor Ildefonso Falcones, el primero del año, al que le doy 5 estrellas de 5.

Viendo el resumen, creo que el mes fue bien aprovechado, tuvo de todo y lo mejor es que también tuve tiempo de compartir con la familia.  ¡Gracias a Dios por el mes que pasó!