sábado, 16 de junio de 2012

EL DÍA DEL PADRE

Parece que el Día del Padre es más universal que el Día de la Madre, aunque estos se quejan que para ellos no hay tanta fiesta, regalos o menciones.
En Guatemala celebramos el Día del Padre el 17 de junio, independientemente del día que sea, en Estados Unidos es el tercer domingo de junio y por eso este año coincidimos en la celebración y creo que con muchos países latinoamericanos también.
Comenté en su oportunidad mi opinión sobre la celebración del Día de la Madre, ésta aplica también para el Día del Padre, no les adjudico a ellos mayor proeza que cumplir con un rol otorgado por Dios.
Por supuesto que hay unos padres más responsables que otros, más cariñosos, más dispuestos a compartir con sus hijos el mayor tiempo posible.  Eso creo que depende de la manera en que ellos fueron criados, de su temperamento y/o carácter.
Recuerdo mi escasa relación con mi padre, yo tenía cinco años cuando él y mi madre se separaron por lo que no tengo mayores recuerdos de esa época, pero sí de ahí en adelante.
Luego de pasar los dos primeros años del drama de la separación y sus consecuencias, mi padre empezó a frecuentar la casa a menudo y a mí me alegraba que llegara, en ese tiempo el fue mi héroe, lo admiraba, sus historias me fascinaban, me gustaba su olor, mezcla de perfume, cigarrillo y líquido de encendedor, jaja, un olor único e inconfundible para mí.
Más tarde, durante los años de adolescencia pude comprender muchas cosas y así como lo había admirado de pequeña, lo llegué a odiar, tanto y tan profundamente que me perdí muchos años que pudieron ser maravillosos, me alejé de él porque no deseaba verlo y me negué la oportunidad de disfrutar su compañía.
No fue sino hasta que llegué a la edad adulta, obligada por un matrimonio precoz, que empecé a entenderlo, a perdonarlo y a amarlo.  Lo amé con la misma intensidad con que antes lo había admirado e incluso odiado.  Lamentablemente el tiempo de compartir juntos se había agotado, la mayoría de nuestras charlas se dieron a través de un aparato telefónico.
Hace 20 años que mi padre falleció, sin embargo, recuerdo su voz, su sonrisa y su risa, tengo una gran nostalgia de él, quisiera abrazarlo y decirle lo que nunca le dije: ¡Lo amo tanto!
Y, no hay Día del Padre sin lágrimas cuando escucho la canción de Piero.

 MI VIEJO

Es un buen tipo mi viejo
que anda solo y esperando,
tiene la tristeza larga
de tanto venir andando.

Yo lo miro desde lejos,
pero somos tan distintos;
es que creció con el siglo
con tranvía y vino tinto.

Viejo mi querido viejo
ahora ya camina lerdo;
como perdonando el viento
yo soy tu sangre mi viejo
Yo, soy tu silencio y tu tiempo.

El tiene los ojos buenos
y una figura pesada;
la edad se le vino encima
sin carnaval ni comparsa.

Yo tengo los años nuevos
y el hombre los años viejos;
el dolor lo lleva adentro
y tiene historia sin tiempo.

Viejo mi querido viejo,
ahora ya camina lerdo
como perdonando al viento;
yo soy tu sangre mi viejo.
yo, soy tu silencio y tu tiempo.

2 comentarios:

  1. Que bonita te quedo la entrada, un buen homenaje para tu papi.

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    1. Gracias Chica ago- go veo que quedó clara la idea del homenaje :)
      Saludos!

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