Hace unos días comenté sobre el problema que se ha venido debido a una reforma al magisterio, el problema todavía está sin resolverse, los alumnos tienen más de un mes de no recibir clases (porque ellos no quieren ceder), contando con el apoyo de sus padres.
En medio de este ambiente, el 25 de Junio se celebra en nuestro país el Día del Maestro, una profesión loable cuando se desempeña con responsabilidad y dedicación.
Es de lamentar que los intereses personales, como en todas las profesiones, haya alcanzado al magisterio, muchos se hacen maestros porque sólo trabajan medio día, porque tienen 2 meses de vacaciones y más asuetos que el resto de trabajadores y si logran una plaza con el Gobierno, nadie les quitará su puesto, sean buenos o sean malos educando, cada año recibirán un aumento por escalafón que los lleva de la A a la F, que es cuando les llega el momento de su jubilación, es un trabajo que les asegura su futuro.
Así que estas personas, le hacen más daño que bien a los alumnos, porque sus principios y valores están distorsionados, hace poco me contaba una abuela que a su nieto lo dejaban entrar al colegio de particular (sin el uniforme) si pagaba Q2.00 ¿no es eso un soborno? ¿qué le están enseñando al niño? Que si tiene dinero para pagar, obtendrá todo lo que quiera.
Hay otros que piden y piden contribuciones y bien sabido es que utilizan la mitad y la otra mitad es para sus bolsillos.
En otros casos piden materiales al por mayor, al terminar el año escolar lo que les queda se lo llevan para su casa, para ahorrar en los útiles de sus hijos del siguiente año.
Así podría seguir hablando de lo que he visto y escuchado, que tristemente es más negativo que positivo, pero que esto no me impida hablar de los buenos maestros, mi hija es uno de ellos :), maestra de párvulos y muy querida por sus alumnos y por algunos padres de familia, ya que no todos están de acuerdo con la disciplina y el orden que es menester enseñar desde los primeros años.
Esta carrera provoca muchos desvelos, si se desempeña con responsabilidad se requiere de tiempo extra para la elaboración de material, la búsqueda de incentivos que hagan las clases más agradables y motivadoras, la revisión de tareas a conciencia para corregir lo que esté mal y también para felicitar en lo que esté bien. Es loable la labor de los maestros que están conscientes de que tienen en sus manos material para moldear, receptores que adquirirán los principios y valores que un buen maestro sabrá heredarles. Ojalá esa reforma magisterial se enfocara más en discernir quienes tienen vocación de maestros y quienes no, para que en el futuro sólo queden los buenos maestros ¡Feliz Día para quienes se lo merecen!
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