jueves, 30 de mayo de 2013

DE LO ULTIMO DE MAYO

El tiempo se ha pasado rapidísimo, estamos a las puertas del medio año, acá el tiempo cambió, se fueron los calores y llegaron las lluvias, eso no sólo es bueno para las siembras sino también para refrescarnos un poco, tanto refresca que a veces se pasa,  como ayer y hoy, que ha hecho mucho frío luego de 5 días de lluvia ininterrumpidos.

Por eso lo acontecido esta mañana no he podido quitarlo de mi mente, como todos los días, a menos que la lluvia esté muy fuerte, salí a caminar, el viento frío helaba por todos lados, así que apresuré el paso para entrar en calor, no había caminado dos cuadras aún cuando una perra vino hacia mí, me vio y se puso a caminar a mi lado, yo la observaba de reojo como diciéndome ¿y ésta qué?
De repente se adelantaba, cuando había tomado cierta distancia, volteaba a verme y me esperaba, seguía unos pasos a la par mía y luego se adelantaba otra vez, parecía como si estuviera siendo mi vigía.
Llegué a uno de los extremos del camino y la perra estaba unos 10 metros delante de mí, así que cuando me di la vuelta pensé que se quedaría ahí, para mi sorpresa al ratito ya la llevaba a la par mía.  Se le veía feliz, en una de esas pasamos cerca de un pichón que seguramente se cayó del nido o trató de volar y no pudo, pensé que la perra lo iba a atacar, pero se limitó a olerlo y a dar vueltas a su alrededor, creo que estaba intentando buscar la forma de ayudarlo sin saber cómo.  Me dio mucha pena porque yo tampoco pude hacer mucho, escuché el trinar de sus padres desde lo alto del árbol, llamándolo seguramente.
Sin poder hacer nada continuamos por el camino, cuando ya había hecho los 5 kms., fui a sacar el carro del lugar donde lo dejo por las noches, me dio tanta ternura cuando la perrita me vio con esos lindos ojos verdes, como preguntándome ¿y ahora qué?
Cuando abrí el portón, ella entró a revisar qué había dentro, se quedó merodeando por ahí, yo calenté el carro unos minutos y cuando salí me di cuenta que ya no estaba, la alcancé a ver a lo lejos, parada con su mirada hacia donde yo estaba, me dieron tantas ganas de salir corriendo a abrazarla, pero no lo hice, la dejé seguir su camino.
Durante todo el trayecto yo me estuve preguntando, ¿qué haré al terminar el recorrido? ¿la entraré a casa y le daré comida y agua? ¿se quedará echada en mi puerta? La observaba y me daba cuenta que necesitaba de atención veterinaria, a través del pelo blanco, muy ralo, se le veían algunas escoriaciones, llevaba un collar, supuse que tendría un dueño, el cual no apareció.  Su pelo blanco se veía gris por la necesidad de un buen baño y tenía una mancha de pelo negro alrededor de su ojo izquierdo, me gustó y me he pasado el día pensando en ella.

4 comentarios:

  1. Que hermosa historia, ¿te quedaste con la perrita? casi suena a un cuento

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No Christian, no me quedé con la perra, no tengo las condiciones que se requieren para adoptar una mascota :(
      Pensé que hoy la encontraría pero no fue así. Sólo deseo que esté bien.

      Eliminar
    2. Bon dia Miriam......que lindo.....cuando salgo andar me encuentro con una señora que lleva un perro, i este ya me saluda como su dueña. saludos
      Magda

      Eliminar
    3. Buen día Magda!
      Los perros son lindos, por supuesto que no todos son amigables, pero cuando se encariñan son los más fieles que pueden haber.
      Saludos!

      Eliminar