lunes, 13 de octubre de 2014

EL BARBERO DE SEVILLA

Tengo unos amigos que trabajan en el Conservatorio Nacional de Música y siempre que hay algún concierto me ponen al tanto porque saben que los disfruto mucho.

Así que cuando me enteré que la Opera, El Barbero de Sevilla, estaba en cartelera para el 30 de septiembre y el 1 de octubre, le pedí a uno de ellos que averiguara si todavía había boletos y cuál era el costo.

Con el paso de los días se me olvidó, entre tanto por hacer no me recordé de la función, así que cuando mi amigo me llamó para decirme que tenía dos entradas para ese día, el 1 de octubre, que si todavía estaba interesada que él me las llevaba, esa llamada la recibí a las cuatro de la tarde, la función era a las 7 de la noche y yo estaba sin carro porque por un problema con la cremallera de la ventanilla tuve que llevarlo al taller.

Mi primera reacción fue de ¡sí quiero! pero luego pensé, "¿y cuánto costará?" "¿y con quien voy a ir?" "¿y cómo voy a ir?" Así que le pedí un poco de tiempo para darle la respuesta, porque tenía que averiguar si me entregarían el carro temprano, y que además necesitaba saber cuál era el costo.  El me dijo que los boletos eran de cortesía, no tenían ningún costo, y que me esperaba hasta las 5 de la tarde para poder llevármelas.

El hecho que fueran gratis y que me las llevara a mi oficina, no era para desperdiciarlas, así que llamé al taller para preguntar cómo iba el trabajo, me dijeron que no había repuesto pero que sellarían la ventana mientras lo conseguían, y que me llevarían el auto antes de las 5.

Entonces le envié un mensaje a mi hija, contándole que tenía dos entradas para la Opera, que si me quería acompañar, me dijo que no podía, andaba con amigos en otra actividad, mi cabeza daba vueltas pensando a quien llamar, entonces recordé que mi hijo me había dicho una vez que cuando hubiera un concierto le avisara a él, que sólo a mi hija llevaba, ¡zas! lo llamé y me dijo que si, que él iría conmigo.

Así que todo salió bien, mi amigo me llevó las entradas, me llevaron el auto, mi hijo llegó puntual y al teatro nos fuimos, era la primera ópera que escuchaba en vivo, interpretada por estudiantes del Conservatorio lo cual despertó mi admiración por lo bien que lo hicieron, una obra bien presentada, con mucho humor y principalmente con subtítulos, para que pudiéramos entenderla bien. Quedé encantada, que a pesar de las tres horas y media de duración, no sentí el tiempo ni me aburrió, al contrario, quedé con deseos de escuchar más.

Lo malo fue al salir, la ventanilla del carro que supuestamente estaba sellada, se bajó, y no había manera de hacerla subir, eran casi las 11 de la noche cuando llegamos a casa, a buscar un plástico para cubrirla e impedir que la lluvia que amenazaba, hiciera estragos. Afortunadamente no llovió y al día siguiente le pusieron el repuesto. Todo salió bien.


2 comentarios:

  1. A veces lo improvisado sale muy bien y deja grato sabor de boca, que aventura!, y tu amigo que atento, saluditos.

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    1. Así es Chica ago- go, esta vez lo improvisado salió muy bien!
      Dios me ha bendecido con buenos amigos ;)

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