domingo, 16 de febrero de 2014

VENEZUELA

Dados los acontecimientos de los últimos días y que yo espero estén acaparando la atención mundial, he querido escribir una entrada para explicar mi punto de vista, ya que pareciera que si uno no está de acuerdo con algunos es porque está en contra de ellos y yo no lo veo así; porque no se trata de atacar o herir a nadie sino simplemente tener diferentes percepciones, entiendo que todos tenemos la libertad de hacer juicios y emitirlos de acuerdo a nuestra manera de pensar.

Me entristece la situación de Venezuela, antes un país progresista, hermoso, ahora convertido en el experimento de personas incapaces, fanáticas y dependientes de otras cabezas, que lo están llevando a la ruina.
Por ahí, leí un comentario de un amigo, que decía que quienes estaban en contra del gobierno chavista, son los ricos, los pudientes, los capitalistas, pero que los pobres ahora tienen una mejor vida y eso es suficiente razón para que el gobierno chavista continúe en el poder los años que quiera.

Yo no vivo en Venezuela, no puedo dar fe de que eso sea cierto, tampoco mi amigo que lo dijo vive allá, son las percepciones que ambos tenemos, ojalá y así fuera, pero por lo que me han contado quienes sí viven allá, que no disponen de muchos suministros básicos, que sufren con cortes de luz, que no encuentran repuestos de ninguna clase, es muy difícil creer que los desposeídos si tengan alimentación, atención hospitalaria de primera y educación integral.  Si eso fuera así, creo que nadie estaría descontento.

Pero la realidad es otra, lo que los gobiernos socialistas hacen, es empobrecer a los ricos y llevarlos a un nivel de pobreza donde los desposeídos se sientan igual, entonces pensarán que dejaron de ser pobres y que han alcanzado lo que los otros tenían.  Pero esto suena ilógico, ¿serán tan ingenuos los desposeídos para pensar así?  Por supuesto que no, no son ingenuos, pero sí son fanáticos y aunque estén conscientes de que siguen viviendo en una pobreza extrema, el simple hecho de que ya no exista la clase alta, los llena de felicidad y satisfacción por ese resentimiento que los gobiernos se han encargado de sembrar en sus mentes y corazones.


Entonces, ¿está llegando Venezuela a alcanzar su máxima prosperidad? Yo creo que no, al contrario creo que están llegando a sufrir una devastación muy grande, de la que les costará mucho salir cuando un gobierno democrático llegue a gobernar.

Yo no quiero ver a mi Guatemala en esa situación, pero estamos tan expuestos como todos.

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