domingo, 8 de septiembre de 2013

LA FRAGILIDAD DE LA SALUD

Hacía mucho tiempo que no me sentía tan mal, realmente olvidé cuándo fue la última vez que me sentí así.  Esta vez no fue una simple gripe, ni un común resfrío como lo sospeché al principio, fue un ataque a muerte de a saber qué bichos raros.

Todo empezó el miércoles cuatro, después de un día de haber finalizado mis vacaciones, me sentía muy bien a pesar que el trabajo siempre se acumula después de tres largas semanas, pero mi ánimo estaba alto, me había hecho el propósito de no estresarme, de hacer lo que pudiera en el tiempo reglamentario, así que ese miércoles mi rutina fue la de siempre.  Me levanté a las cinco de la mañana a cumplir con la hora de caminata, era una madrugada fría y nublada.

Cuando recién completé las dos vueltas y me disponía a sacar el auto del parqueo (aprovecho ese momento para ahorrar tiempo más tarde), empezaron a caer los chorros de agua, por más que me apresuré no pude evitar que el agua mojara mi ropa, no estuve con esa ropa puesta más de 15 minutos pero eso bastó para que una tos seca y persistente me amargara todo el día.
Por la noche ya era mucha fiebre, a pesar que había comprado el jarabe para la tos y el antigripal, parecía que lo que tomaba eran caramelos ¡no mejoraba!

Así pasé, o mejor dicho sobreviví el jueves y el viernes, fui a trabajar pero no queriendo hacer nada, no sé cómo pude realizar las labores, claro que el antigripal algo ayudó, y mi hija que se preocupó mucho y me estuvo poniendo lienzos fríos para bajar la temperatura, yo no tenía fuerzas ni ánimos para nada, realmente estaba dejándome vencer por la enfermedad, no le dí nada de lucha :)

Finalmente el sábado empecé a tomar antibiótico y eso ya hizo su efecto, estoy bastante mejor aunque no del todo bien, claro, tienen que pasar varios días para completar el tratamiento, lo único malo es que la medicina cura una cosa y empeora otra, me he resistido siempre a tomar antibiótico porque me destroza el estómago, ahora estoy con náuseas :(

Qué mal empezar así la semana pero ni modo, no soy inmune a las enfermedades, aunque me gustaría tanto serlo.

4 comentarios:

  1. Ánimo Miriam, como bien dice tu título, las enfermedades nos recuerdan lo frágiles que son nuestros cuerpos, pero también realza lo lindo que son los días cuando nos sentimos bien. Trata de descansar mucho, y comer bien, sobre todo muchos líquidos. Espero que a estas alturas ya estés recuperada casi al 100, saluditos.

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    1. Gracias Chica ago- go, todavía no estoy al 100 pero creo que a un 85% si :)
      Resulta que siempre me ha ido bien con las enfermedades, quiero decir que aunque enferma sigo mi vida igual que siempre; pero esta vez perdí las ganas de todo, me dejé vencer y eso me afectó mucho porque me está costando más salir de esto.
      No he comido bien porque el apetito desapareció, y ya sabrás lo que es comer sin ganas, no siento el sabor de las comidas y luego me da nausea, pero ya poco a poco esto se ha ido restableciendo, la verdad creo que es la enfermedad de bolaños, jajaja.
      Un abrazo.

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  2. Miriam espero te encuentres mejor. Cuídate mucho y mejórate pronto

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